HOSPITAL BIBLIOGRÁFICO: restaurando libros


Rescatando una joya

          Llegó a mis manos una hermosa edición de La Divina Comedia del Dante, con maravillosos grabados ilustrando esta excelente traducción de la obra clásica.
                   Las tapas estaban prácticamente despegadas y el gofrado y dorado estaban manchados y desgastados; su lomo dorado estaba desgarrado y muchas hojas del cuerpo del libro se encontraban sueltas.      
                  El dueño del ejemplar deseaba que el libro sufriera la menor cantidad de intervenciones, así que sólo incorporé un lomo nuevo (con el titulo dorado por el encuadernador Alejandro Montironi en su taller http://alexlibris-encuadernacion.blogspot.com/), reemplazé las cintas capitel y coloqué unas punteras para que las puntas de las tapas no siguieran pelándose con el uso y el tiempo; también agregé como detalle una cinta roja para marcar la página que se está leyendo en el momento. 
                Dejé intacto el dorado original de los cantos del libro; cosí en telar todas sus hojas nuevamente y conservé las hojas de guarda originales, ya que se aprecia en la delantera una dedicatoria de un dueño anterior, fechada en 1913. 
              Quizás este libro no haya quedado "estéticamente" prolijo, pero mayores intervenciones (como el guillotinado de sus cantos, tapas nuevas, etc.) hubieran hecho perder la belleza que el tiempo ha agregado a esta edición centenaria.











OTRA OPORTUNIDAD PARA LOS LIBROS



Un libro deteriorado, manchado, descosido o con faltantes, se puede recuperar. Un libro restaurado puede seguir cumpliendo su función por muchas generaciones más.







¡AL RESCATE!



Es posible rescatar de un desastre (en este caso manchado con dulce en un viaje postal) a cualquier libro. Aquí se muestra los distintos pasos (desarmado, lavado, secado) que transita un libro que cualquiera desecharía. Sí, ya sé... Aunque no lo crea, SE PUEDE LAVAR UN LIBRO (sí, con agua y jabón, aunque mejor dicho, con agua destilada y jabón neutro; así no se le agrega acidez al papel)











¡A conservar!

Hay documentos (diarios, revistas, cartas, etc.)a los cuales no es aconsejable realizarle ninguna intervención agresiva, como coserlos o volverlos a encolar...
Los libros muy antiguos o con particularidades estéticas tampoco deberían ser "retocados".
Lo mejor es conservarlos, y nada mejor para esto que una buena caja de conservación, para contenerlos correctamente, para evitar la suciedad y la excesiva luminosidad.